En el mundo de las inversiones, como en cualquier ámbito de la vida se debe establecer un término medio que constituya un balance óptimo en cuanto a su dedicación, observación, seguimiento y estudio. Nos venimos a referir a las OBSESIONES. Evidentemente obsesionarse con algo u obstinarse no conduce a un fin positivo. Un porcentaje elevado del personal en este aspecto puede llegar a niveles de estrés elevados y los trastornos consiguientes.
Según la Wikipedia:
“Obsesión proviene del término latín obsessĭo
que significa asedio. Se trata de una perturbación anímica producida por una
idea fija, que con tenaz persistencia asalta la mente. La obsesión tiene
múltiples facetas de expresión.
Este pensamiento, sentimiento o tendencia aparece en desacuerdo con
el pensamiento consciente de la persona, pero persiste más allá de los
esfuerzos por librarse de él. Preocupacion o idea que domina y acapara la
atención intelectual y que siempre va a acompañada de un penoso sentimiento de
ansiedad.”
Existen numerosos tipos de obsesiones, pero desde aquí queremos
invitar a auto-reflexionar personalmente y verificar si tenemos algún síntoma
de alguna obsesión, sea en el contexto del que hablamos o algún otro.
Las más comunes son:
-
Alimentación. Ni
que decir tiene el culto al cuerpo de los años en que vivimos, y los temas del
peso, delgadez, salud, etc.
-
Orden-limpieza. Hay gente que ordena lo ordenado, quién no tiene
una madre que limpia sobre limpio, etc. A este tipo de personas les molesta
sobremanera los que no sigan el mismo patrón que ellos.
-
Amor. Es uno de los casos
más graves. Se concentra la atención y los sentimientos o pensamiento en una
persona idealizada, que luego en la práctica o realidad no lo es tanto. Este
caso se incrementa con la evolución actual de las tecnologías. Al fin y al cabo
es algo que tenemos en nuestra mente, y nos es difícil de eliminar. Se da mucho
en casos de personas sin autoestima.
-
Trabajo. La sociedad actual
nos invita a vivir para trabajar y no trabajar para vivir como debería ser en
un caso ideal. El no “saber parar” es un caso más común de lo que pensamos. En
una época que viví en Madrid conocí el caso muy común de los “niños
horizontales”, dícese de los padres que ven a sus hijos en estado horizontal
por la mañana, y la noche al volver al hogar, en “el mismo estado”. ¿Es esto
normal según la raza humana? Creo que estamos llegando a unos términos
intolerables, de los que a veces no somos conscientes. Es muy frecuente hoy en
día la adicción al trabajo. Se trata de una enfermedad psicológica que consiste
en la necesidad incontrolable de trabajar. Se le suele decir Workaholism.
Conozco casos cercanos que tratan de escalar y escalar en las empresas a cambio
de 2 duros más, pero 4 horas o esfuerzos adicionales, que acaban con la persona
en un “punto de no retorno” con el tiempo.
-
El dinero. Uno
de los pilares que nos hace seguir adelante, pero que a veces se convierte en
una obsesión, sea por la lamentable razón de no tener trabajo que se da hoy en
nuestro país, o bien sea por querer más de lo que tenemos sin necesidad
aparente para ser felices. Sería interesante analizar cuales o cuántas de las
cosas materiales que tenemos son estrictamente necesarias. Tengo una amiga de
otra cultura que siempre me dice que depender de la cantidad de cosas
materiales que tenemos, llevamos de un lado para otro cuando nos mudamos o nos
obstinamos en adquirir es una enfermedad grave. Puede no faltarle razón….
-
Series de televisión o internet.
Pff, este me gusta. Es quizá el más común de todos. No soporto personalmente la
gente que deja de hacer un plan atractivo de ocio o disfrutar de las cosas
bellas de la vida por tener su cita diaria o frecuente con la “caja tonta” para
ver la serie del momento…me parece tan absurdo…. Diferente es tener un momento
de relax y disfrutar de ello, el problema es cuando nos convertimos en
dependientes.
-
Baile. A veces lo
interpreto como una secta, cada día son más las personas que convierten el
bailar, algo tan sano como eso, en una dependencia extrema.
-
Fútbol. Aquí entramos muchos,
pero veo casos más graves en mi entorno. Ver cada día el partido de fútbol es
necesario para algunas personas. Si fuera ocio (como el caso anterior) sería
magnífico, pero depender de ello….
Todos tenemos alguna de las anteriores o alguna otra. Yo
personalmente vengo a auto-analizarme para evitar entrar en ellas. En mi caso
tengo cierta obsesión por el “orden, la organización y el no saber parar,
meterme en fregaos, etc…”. Trato de evitarlo, y así deberíamos todos actuar.
A mi alrededor veo cada día muchas de ellas, y en algunos casos muy graves. De trabajo ni que decir tiene que todos conocemos casos.
-
El clásico “parece que va a heredar la empresa” del trabajador
que lo hace por exceso sin necesidad aparente.
-
De
amor, igual, todos conocemos casos. En la adolescencia me puede valer, pero ya
con cierta edad es algo inaudito que así suceda. Este, desgraciadamente me toca
de cerca, no sé cómo me apaño, pero a veces sufro la obsesión de otras
personas, que sin apenas conocerme, actúan de forma “compulsiva” conmigo,
mediante llamadas y mensajes constantes, lo cual es bastante incómodo y molesto
a veces, pero no sé ya cómo actuar para que pare. Les llamo “pulpos” que te
chupan la sangre sin aportar apenas nada.
-
En el contexto de las inversiones a menudo veo gente que trata
de ganar y ganar cuando su vida es más que feliz sin necesidad de más. Este
tema está intrínsecamente relacionado con lo que hablamos habitualmente en el
blog, así que es digno de analizarlo cada cual internamente.
Os invito a reflexionar y ver en qué sentido sois OBSESOS de
algo o por algo. Cuidado! A veces ni nos damos cuenta, y puede llegar a la
enfermedad.
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